En la "Academia de Negocios, Finanzas y Derecho" de la Escuela Secundaria Catedral, los estudiantes se guían por un doble compromiso: la integridad personal y el aprendizaje colaborativo. Como se mencionó la semana pasada, cada estudiante firma las palabras de honor, prometiendo que "no han dado ni recibido ayuda no autorizada" en exámenes, trabajos o presentaciones. Este compromiso destaca su responsabilidad con la ética personal y la honestidad. Al mismo tiempo, se anima a los estudiantes de Cathedral a trabajar junto a sus compañeros, preparándose juntos para profundizar su comprensión y aumentar sus conocimientos.
Este equilibrio entre responsabilidad individual y colectiva refleja una mentalidad de "ambos" que resuena con nuestra tradición de fe. Es evidente en las oraciones que recitamos en la Misa: el Padre Nuestro, una invocación colectiva ("Padre Nuestro"), y el Credo de los Apóstoles, una declaración personal de fe ("Creo en Dios, Padre Todopoderoso"). De manera similar, la preparación académica en Cathedral es tanto un esfuerzo personal como un viaje compartido. Aunque la salvación es comunitaria, también se basa en el libre albedrío y la responsabilidad personal de cada uno.
En nuestras clases, esta filosofía se manifiesta a través de una variedad de proyectos en grupo. Los estudiantes colaboran en ejercicios de gestión, analizan enmiendas del debido proceso, identifican momentos de obligación y preparan declaraciones de impuestos. Estas tareas requieren trabajo en equipo, comunicación y esfuerzo compartido, ayudando a los estudiantes a aprender cómo manejar las complejidades del mundo real de los negocios, las finanzas y el derecho. Aun así, cada estudiante es responsable de su propio trabajo, asegurándose de mantenerse fiel a los valores de honestidad e integridad.
En la "Academia de Negocios, Finanzas y Derecho," los estudiantes asumen la doble responsabilidad de la integridad personal y el crecimiento colaborativo, preparándose no solo para tener éxito en sus estudios, sino para toda una vida de liderazgo ético.
At Cathedral High School’s "Business, Finance, and Law Academy," students are guided by a dual commitment to individual integrity and collaborative learning. As discussed in this space last week, each student signs the Honor Code, pledging that they "have neither given nor received any unauthorized aid" on exams, papers, or presentations. This commitment underscores their responsibility to personal ethics and honesty. At the same time, Cathedralites are encouraged to work alongside their peers, preparing together to deepen their understanding and grow in knowledge.
This balance between individual and collective responsibility reflects a "both-and" sensibility that resonates with our faith tradition. It’s evident in the prayers we recite at Mass: The Lord's Prayer, a collective invocation ("Our Father"), and the Apostles’ Creed, a personal declaration of faith ("I believe in God, the Father Almighty"). Similarly, academic preparation at Cathedral is both a personal endeavor and a shared journey. While salvation is communal, it is also rooted in each person’s free will and personal agency.
In our classes, this philosophy comes to life through a range of group projects. Students collaborate on managerial exercises, analyze Due Process Amendments, identify Moments of Obligation, and prepare Tax Filings. These assignments require teamwork, communication, and shared effort, helping students learn how to navigate the complexities of real-world business, finance, and legal challenges. Yet, each student is also accountable for their own work, ensuring that they remain true to the values of honesty and integrity.
At the "Business, Finance, and Law Academy," students embrace the dual responsibilities of personal integrity and collaborative growth, preparing themselves not just for success in their studies, but for a lifetime of ethical leadership.